miércoles, 11 de noviembre de 2015

2. María como chica - Sueños de centauros(por María)

Yo estaba montando caballos desde que tuve siete años. Les encanté desde el principio, pero claro que a esta edad era algo muy inocente.

Pero a medida que estaba creciendo, sobre todo en la época cuando comenzaba a tener mis primeras reglas, creo que empecé a relacionar los caballos y los hombres en mi mente subconsciente. Pues después de todo, un caballo es un poderoso animal masculino y desde los tiempos romanos y griegos, siempre ha existido un fuerte elemento de fantasía sexual en nuestra relación con ellos como mujeres.

Inicialmente recuerdo soñando de cuentos de hadas en que mi caballo había transformado en un centauro. En estos sueños estuvimos cabalgando juntos largos ratos, pero nuestra relación era decididamente más romántica que sexual.

Pero un día, cuando tenía alrededor de 15, vi por primera vez que mi caballo tuvo una erección. Entendí que seguramente él había olido el olor de alguna yegua en celo y estaba simplemente reaccionando de acuerdo con sus instintos. Probablemente sin ser capaz de controlarse a sí mismo. Pero por alguna razón, esto me molestaba, y de inmediata le ensillé y le monté alrededor del campo durante varios minutos. Durante nuestra cabalgada, me di cuenta de que él estaba agitado, pero aun respondido bastante bien a mis órdenes. Y al final había perdido su erección. Cosa que de alguna manera me hizo sentir poderosa por haber afirmado mi dominio sobre él.
  
Después, durante el próximo verano, presenciaba por primera vez el apareamiento de caballos. Y déjenme decirles, eso fue algo muy, pero muy fuerte para una chica de 16 años. ¡Incluso las mujeres adultas presentes parecían ser muy afectadas por verlo! Y por si acaso que usted no ha tenido la oportunidad de ver este proceso por sí mismo, lo describiré.
  
La yegua está atada a un poste por sus riendas y sus patas traseras también están atadas con cuerdas, para evitar que se puede patear el semental. Es decir, ella está impedida físicamente de ir a ninguna parte, o de rechazar su pareja. A continuación, traen el caballo, permitan que huele el coñito de la yegua – o a veces se frotan un paño con hormonas de caballa en celo en su nariz -, y esperan hasta que él consiga una buena erección. Para realizar el coito, le guían por sus riendas para montar la yegua. Lamentablemente, el proceso de fornicación es decepcionante corto para un animal con pene tan grande. Y aunque ambos parecen disfrutar de sí mismos, les puedo asegurar de que nosotros como humanos somos mucho más afortunados en este sentido!
  
Pero igual, insisto que mirar todo esto tuvo un impacto evidente en mis compañeras, y por una quinceañera cómo estaba yo, fue abrumadora. Recuerdo que mi respiración se puso tan rápida que casi me desmayo y mi coño estaba tan mojada que tuve que excusarme antes de que la humedad se hizo visible a través de mis vaqueros. ¡Juro que le hubiera follado felizmente con cualquier chico presente en este momento!  Pero debido a que no hubo ninguno, fui a casa y me masturbé hasta que quedaba dormido.  Y esta vez soñé con ser arrastrada y violada por un centauro de pene enorme, quien fue llevado por mi cuerpo a un frenesí de deseo....
  
Bueno, hablando con algunas amigas que montan, creo que esta experiencia mía no es muy fuera del común. No conozco ninguna mujer quien ha soñado con tocar sexualmente a un caballo de verdad – eso sería repugnante. Pero puedo asegurarles que muchas de nosotras no sólo somos aficionadas de caballos, pero también de hombres caballunos! Y entendimos que con ambos de estos animales, hay que ser muy estricto para mantener el control sobre ellos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario